De Molinos y Multas

Aunque en Jajce no hay mucho que ver, cerca de Jajce sí. Nos despedidnos de las peores camas del viaje y al salir del pueblo paramos en los molinos de agua del lago Pliva. Además de ser interesantes son muy fotogénicos. El agua es muy clara y la vegetación submarina crea patrones psicodélicos.

Suma a eso unos cuantos patos, césped muy verde y árboles bien ubicados – el lugar te tranquiliza y te invita a pasear y quedarte haciendo un picnic.

Seguimos camino hacia Bihac, pero necesitamos hacer parada para comer. Como siempre la comida consistía en calamares, carne a mogollón, pasta o pizza. Súper ligero, como siempre en esta parte del mundo (cordero!!!). La sorpresa la tuvimos a la vuelta, cuando nos encontramos a un policía delante de nuestros coches (con matrícula croata y con pegatinas de agencia de alquiler) – éramos unos 5 los coches aparcados de esa forma, pero nosotros teníamos todos los números para pagar.

“Parking no good” – fueron las palabras mágicas. Pensamos que habría mordida, pero no – nos guió con su coche hasta la comisaria, donde 2 policías tuvieron que rellenar unos 6 formularios para ponernos una multa de 10 euros. Por supuesto, nos pidieron 11 – pero por la cantidad de papeleo que tuvieron que hacer casi nos dieron pena y a punto estuvimos de darles otra propina – corrupción a pequeña escala. La comisaria de caía a pedazos, todo muy soviético.

Por fin llegamos a Bihac. Nuestro alojamiento estaba al lado del rio – aquí el agua es siempre muy transparente y creando buenas fotografías. Salimos a comprar la cena y vimos el centro de la ciudad – nada del otro mundo.

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