Cataratas Kravica y Blagaj

Misión del dia: las cataratas Kravica y los pueblos Počitelj y Blagaj.

Pasamos la mañana en las cataratas, con 120 metros de ancho y 28 metros de alto, han sabido sacar partido a esta belleza,lo mejor es que puedes bañarte en ellas y hay puestos de comida. El agua está helada pero refresca tanto que no puedes dejar pasar la ocasión de bañarte. Alquilamos unas sillas y unos parasoles para mayor relax, y comimos en uno de los chiringuitos a la sombra con el sonido del agua cayendo de fondo.

A eso de las 16 horas nos dirijamos a Počitelj, las distancias son cortas en estre triángulo. Lo que nos llamó la atención es su fortaleza y sus calles empinadas. Es un asentamiento histórico otomano (los edificios más emblemáticos ) y de lo poco que quedó en pie durante la guerra.

Subir al castillo  ofrece unas vistas muy bonitas, pero con este calor es para campeones. En una de las cuestas, había una amable señora vendiendo zumo de granada casero y helado, estaba riquísimo (voz en off del narrador “esto tendrá consecuencias más tarde”).

Tras refrescarnos con un apperol spritz (gran descubrimiento) nos dirigimos a Blagaj. La belleza del lugar,  el río kárstico y el monasterio de los Derviches (hermandad sufí) mezcla arquitectura otomana y mediterránea hizo de la visita una grata sorpresa. Para visitar el monasterio las mujeres nos tuvimos que cubrir cabeza y piernas. Nos gustó tanto el lugar que decidimos quedarnos a cenar al lado del río con el aire fresco gracias a la corriente.

Volvimos de noche a Mostar sin ganas de recorrer la ciudad de nuevo, estábamos cansados y había sido un día intenso.

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