Serengeti

Nos levantamos temprano, ahora vienen días de madrugones, para ir de lleno al Serengeti. Para llegar a él hemos de atravesar el Ngorongoro, pero solo nos detuvimos en el mirador de la caldera, pues lo visitaríamos en el camino de vuelta.

Atravesar el Serengeti es ya de por si espectacular, salpicado de acacias y pueblos masai. Vimos a hombres masai pasturando con vacas y los niños con cabras, las mujeres vedían miel en la carretera, y los autobuses locales atravesaban abarrotados de gente y con alguna que otra avería. Es un paseo que vale la pena.

Conforme nos adentramos en el parque fueron apareciendo miles, no es una exageración, de ñús, y no tantas cebras. Son los que quedan de la gran migración que atraviesa el Río Mara , vienen desde Kenia hasta Tanzania. Al parecer los ñus se orientan muy bien y las cebras huelen el agua, por lo que son compañeros de viaje. Allá donde alcanzaba la vista los veías en centenas.

Empezó a lloviznar de nuevo pero valió la pena ya que pudimos ver los primeros leones e hipopótamos.
Al contrario del año pasado, el hecho de que ahora nos estén llevando en el jeep sin tener que conducir nosotros, tiene sus ventajas, aunque se pierde ese gusanillo aventurero. Lo que pasa es que el Serengeti es enorme, si no tienes conductor que sepa llegar a los sitios cuando se avisan por radio de las cosas más intersesantes nos habríamos perdido en la inmensidad del parque.


Comimos en una zona de picnic con la comida que hizo Bryan que está deliciosa y a los niños les encanta. Es, en estas zonas, donde además se puede comprar un café espresso, ya que el de camping es soluble. Y a seguir viendo animales


Esa tarde se arranca a llover a cántaros y nosotros vamos en tienda de campaña, la normal, la de toda la vida, y nos esas tan bonitas donde van los otros.. jaja, con sus bonitas camas. La nuestra es un triángulo con dos colchonetas, dos sacos de dormir y punto.

Llegamos a la zona de camping y aunque intentamos conseguir un hotel o lodge de última hora, nos llegaron a pedir un precio especial rebajado de 600 dólares dos noches.. y va a ser.. que no. Así que se montaron las tiendas y Hakuna Matata.


El campamento (Tumbili Publoc Campsite) está al aire libre, no hay vallado, y los felinos o lo que sea puede campar a sus anchas cuando la gente duerme, entre las tiendas ( de hecho, esa noche nos visitaron la hienas). Hay lavabos y dos duchas de agua fría, y como digo, llueve y no hace nada de calor (Sandra sí se trevió a darse una ducha). Tampoco hay mucha luz con lo que la linterna del móvil es nuestra gran amiga, pero por suerte , hay una caseta donde podemos comer y tenemos enchufes para recargar móviles.
Y esta es nuestra casa para las dos siguientes noches, Noche Buena y Navidad. La cena transcurrió tal que así, cenamos muy rico , bebimos un poco de vino de una botella que habíamos comprado antes y brindamos. Nos hicimos una foto y abrazamos, muy sencillo. Pese a lo básico del campamento había algo inigualable y era el cielo, incontables estrellas.

Noche de paaaz, noche de amor, y de bestias salvajes alrededor!


Al acabar la cena, unos franceses a la luz de una hoguera cantaban canciones que como no les entendemos nos parecían cánticos de una secta porque la verdad que cantaban a la vez como un coro. Hugo se enfadó porque no se callaban y les puso el inmo de Argentina…

Y, a dormir, o no. La edad no perdona, la colchonetilla de camping es despiadada, la humedad se te mete hasta en el puerto USB, y la fauna.. la fauna está en su casa. Sandra no se atrevió a ir al lavabo en medio de la noche y eso que se levanta muchas veces, se escuchaban las hienas perfectamente, y Sebas acompañó a los niños al lavabo a las 4 de la mañana, un valiente. Cuando volvió del lavabo comentó que ya había gente despierta en la sala, luego descubrimos que son los cocineros , que se levantan a las 3 de la mañana para preparar el desayuno y la comida del día siguiente.
No dormimos, para que engañarnos, y estábamos algo tumefactos, deseando que fuesen la 6:30 para levantarnos e ir al jeep , que para dormir nos parecía incluso más cómodo.

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