Año Nuevo en Zanzibar

El día 30 estuvo bastante perdido tuvimos que pasar por Dar es Salam para volar a Zanzibary llegar el día 31. Nos hacía mucha ilusión pasar el fin de año en Zanzibar – después de tanto safari niños les apetecía otra vez el sol y playa que probaron en Mafia.

También nos apetecía encontrarnos con Remei y Joan Carles y acabar esta última fase del viaje juntos, aunque el encuentro fue un poco diferente a lo que esperábamos. Nos imaginábamos llegar al aeropuerto coger nuestros coches de alquiler y empezar ruta, así sin más, pero estamos en África. Tuvimos que esperar, ir a 3 sitios distintos y hacer un montón de papeleo y trámites para conseguirlo. Para rematar, los de la empresa de alquiler que entregaron los coches quisieron quedarse con el cambio(por la jeta).

Nada más hacer 50 km en dirección nuestra la otra punta de la isla donde estaba nuestro hotel tuvimos ya las primeras experiencias con la policía. Lo corrupción aquí parte de la rutina. El primer policía nos dijo que superábamos el límite de velocidad por 4 kilómetros por hora, estaba claro que lo que quería era un soborno así que Sebastián salió del coche, se fue a su jefe que estaba sentado en una silla debajo del árbol y le dijo que no tenía problemas en pagar la multa siempre y cuando hubiese un recibo. Al mencionar la palabra recibo la multa desapareció mágicamente y nos dejaron ir con un «hakuna matata»

El segundo policía fue todavía peor: este nos paró y simplemente nos dijo que todo estaba bien, que conducíamos bien, que no superábamos el límite de velocidad…pero sin poder favor le podíamos dar algo! Así sin más, por la cara. Nos negamos y seguimos ruta.

Al principio te sientes cabreado pero luego ya te lo tomas como un juego porque no son agresivos y no representan un peligro real.

Por fin llegamos a nuestro resort; después de tantos días en tiendas de campaña pasando frío mojándonos y durmiendo en el suelo esto era el paraíso. Fuimos a conocer las playas, que no nos decepcionaron: aguas cristalinas arena blanca y fina, exactamente como en las fotos.

Es cierto que había un montón de gente, un montón de barcos y muchos turistas; no es una playa tranquila pero tampoco hemos venido a buscar eso. Vinimos explícitamente a la parte más turística de la isla para pasar el fin de año en un lugar donde hubiese ambiente de fiesta

Pasamos el fin de año sentados en unas sillas puestas directamente sobre la arena, delante del mar con amigos viendo fuegos artificiales y comiendo pescado. Empieza la tercera y última parte del viaje.

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