Parque Nacional de Chobe

Salimos pitando de nuestro cutre-alojamiento a hacer algunos trámites – tarjetas SIM, comprar agua y víveres para el safari (no se puede salir del coche) y hacer algunas llamadas para cambiar algunas reservas (hemos cambiado un poco los planes de viaje)

El plan del día era recorrer en coche (por nuestra cuenta y riesgo) el parque nacional de Chobe. El parque es ENORME, así que nuestro objetivo era una región muy pequeña.

Nada más entrar tuvimos nuestro primer encuentro con HIPOPÓTAMOS! Y de verdad que parecía que estuviesen posando para las fotos

Seguimos nuestro camino y pronto entendimos que esto no era Etosha. En Etosha había pocas funetes de agua y eso forzaba a los animales a reunirse. Gracias a eso pudimos ver leones, cheetas y hienas. No vimos muchos, pero los vimos.

Aquí el tema es otro – aquí hablamos de volumen, de panorámicas y de poblaciones enormes que se acercan a 10 metros del coche. Si en Etosha usamos la cámara con zoom, aquí sacamos las fotos con la panorámica del movil.

De vez en cuando aparecían personas en la distancia – pescadores que trabajaban con los métodos más tradicionales. Cada 100 metros teníamos una postal

Los animales se acercaban MUCHO al coche. De hecho intentamos comer en una zona de picnic y tuvimos que abortar porque aparecieron decenas de monos con actitud bastante desafiante a quitarnos la comida.

De hecho, pasamos un momento de mucha tensión cuando una manada de elefantes se cruzó en nuestro camino. Pasaron todos por delante de nosotros – casi nos metemos en medio de su camino. El susto nos lo dió un macho enorme con colmillos largo, que se quedó en medio de la carretera mirándonos.

Estuvimos esperando a que hiciera algun movimiento más de 5 minutos…pero no se iba. Lo normal es que se alejen de los coches…y éste no lo hacía. Empezamos a ponernos nerviosos.

Cuando pensamos en tirar marcha atrás, vimos que por detrás pasaban 2 o 3 más. Cuando pasó el último, el macho se fue – estaba esperando a los de su manada! Solo se aseguraba de que estuviesen bien. Son animales increíbles.

En el apartado aves, la cantidad y diversidad era igual de impresionante que con los mamíferos – algunos de ellos impresionaban por el tamaño, otros por los colores

Pero sin duda, lo que nos hará reir dentro de unos meses cuando miremos atrás será el estrés y el miedo que pasamos intentando conducir por el parque.

Piedras afiladas como cuchillos que hacían temer por nuestras ruedas, caminos de arena fina en los que podíamos quedarnos atrapados en cualquier momento, baches donde cabían nuestros hijos sentados…un festival. Tuvimos que emplearnos a fondo con el 4×4 – desinchar las ruedas para la arena (algo que nos recordó Hugo!) y usar la tracción motora a menudo.

Lo peor fue al volver…varios kilómetros de carretera arenosa prácticamente igual que el desierto de Sesriem – una media hora a 10 Km por hora con la tractora y sientiendo como el coche daba bandazos, saltos…ahogos. Todo esto en medio de un parque lleno de animales salvajes, sin cobertura de moviles, a pocas horas de la noche y sin que nadie supiese que estábamos ahi.

No sabíamos que sería tan arriesgado – pero todo fue bien. Eso sí, mañana lo hacemos en barco (para no tener que besar tierra firme como hoy)

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