Ahora que ya hemos dejado claro que no llegas al cielo sin pasar por el purgatorio, vamos a contaros lo que vimos en las Cataratas Victoria.
Nuestras espectativas eran altas por 3 motivos
- El calvario que pasamos para llegar
- La fama de estas cascadas (a la altura de Niagara, Iguazú o El salto del Ángel)
- Nuestra experiencia previa en Iguazú (las comparaciones son inevitables)
Para no alargar el chicle – nuestras espectativas no se vieron defraudadas y creemos que el calvario valió la pena (aunque a cualquiera que quiera venir le recomendamos tours organizados desde Botsuana)
Las cataratas se pueden ver desde los dos países, Zimbawe y Zambia (como las de Iguazú con el lado argentino y brasileño)
Zimbawe
Desde Zimbawe se ven las cataratas desde más lejos, con una visión más panorámica del conjunto. No se siente tanto la fuerza del agua (por la distancia), pero puedes ver una cortina larguísima de cascadas – tienes la foto perfecta cada 20 metros.
Por eso quizás sea el lado más fotografiado y el que la mayoría de la gente recomienda en Internet. A nosotros nos impresionó mucho y acabamos el día con una sonrisa a pesar de lo vivido en la frontera.
No hay mucho que contar además de lo que se puede ver en las fotos.
Zambia
Aquí el calvario a justificar era más grande, pero la experiencia si cabe fue aun mejor.
Desde Zambia se ven menos «largas cortinas» de cascadas, pero las ves desde más cerca. La fuerza del agua se siente más cerca y hay algunos puntos «mágicos» como el puente que son muy inmersivos.
No tuvimos tiempo de verlas desde abajo con la lancha…y nos quedamos con las ganas de una experiencia más cercana. Y preguntando preguntando acabamos encontrando a un señor que nos ofrecía verlas desde el borde.
Sebas aceptó, y con las promesas del amable señor «es muy fácil, es seguro», dejó que Hugo y Amalia lo siguieran.
Advertimos que las siguientes imágenes no son aptas para abuelas, abuelos. Por mucho que les cuente que era un «riesgo calculado» o que ni de lejos ha sido lo más arriesgado que hemos hecho en este viaje (ups!) van a querer quitarme la custodia en cuanto vuelva.
Acabando el día…con gusanos!
Salimos del parque a toda prisa – conducir de noche es peligroso en un país en el que se te puede cruzar una gacela o un elefante. Pasamos las fronteras y llegamos a Kasane (Botsuana).
Nuestro alojamiento (BT&J) nos esperaba con una sorpresa
- No tenian luz. Para poder comprar la luz (de prepago) necesitaba que pagásemos 1000 pulas
- Los restaurantes cerraban a las 18:30 y el toque de queda empezaba las 20:00
Ojalá esa fueran las peores sorpresas que nos guardaba este alojamiento cutre. Resolvimos el tema del dinero y de la comida como pudimos…pero esto fue lo que encontramos esa noche
- En nuestro apartamento (el mejor)
- No funcionaba la luz de la cocina
- Las almohadas estaban sucias
- Había cucarachas aplastadas en la cocina
- En el de Remei y JC (monster house)
- La luz del comedor no funcionaba
- Había commida en mal estado en la nevera (mucha!)
- La papelera del lavabo tenia basura
- El mueble del lavabo tenía cremas y productos en mal estado
- Había GUSANOS en la cama
Nos fuimos al día siguiente – el encargado ni nos preguntó por qué (era obvio). Nos cambiamos a otro mejor y decidimos pasar un día más en Kasane, para poder ir con más calma.
Si juntáis todas estas experiencias con las vividas en la frontera…haceros una idea de que todo eso pasó tan solo en 2 días. Viajar llena los días de vida – a veces demasiada vida!