Ayer volcán, hoy agua.Fuimos hasta Las Galletas, en el sur de la Isla , para coger un barco con el que avistar cetáceos. Escogimos la compañía Biosean, porque son biólogos marinos e investigadores, hacen grupos pequeños y son respetuosos con los animales. El día estaba mu ventoso, y aunque casi nos anulan el viaje, finalmente salimos a la mar.
Compartimos un viaje con 4 checos, un viaje movidito, con olas considerables. Los niños lo pasaron en grande, aunque hubo momentos de miedo, Sebas y Joan Carles acabaron vomitando.
Finalmente vimos ballenas residentes, delfines y una tortuga, aunque no en el número que nos hubiese gustado.
Comimos en un restaurante de cara al muelle un buen pescado y marisco.
El sol nos había dado sin tregua en el barco que no disponía de sombra nada más que para el capitán, pero insistimos en ir a la playa de Guíos a ver el acantilado de los Gigantes y pegarnos un bañito. Primero admiramos los acantilados desde el mirador de Archipenque, antes de bajar a la playa, en una localidad muy turística.
Volvimos tas el baño al alojamiento y salimos a cenar en el restaurante Tela marinera, en el centro de Santa Cruz. Fue la forma de despedirnos de Tenerife, paseando de noche por su centro.