El día es largo, pues nos quedan 6 horas hasta la ciudad de Georgia donde vamos a dormir, por lo que hay que atravesar una frontera y ver alguna cosilla por el camino.
Decidimos ir a la catedral de Etchmadzin, según parece la catedral más antigua del mundo, y aunque es bonita solo la pudimos ver por fuera, pues el interior estaba cerrado.
Continuamos camino a la frontera, atravesarla no fue difícil, lo difícil ha sido conducir por pueblos remotos y carreteras llenas de agujeros como piscinas.
Nos dio tiempo a hacer unas fotos a la fortaleza de Khertvisi, una pena no habernos podido quedar un rato. Queríamos continuar para llegar a Vardzia antes de que se fuese la luz, pero al llegar estaba cerrado. Nada que no pudiésemos arreglar pagando unas “entradas” al vigilante. Y allí estábamos, solos, pero sin mucho tiempo de luz. Porque este lugar hay que recorrerlo de arriba abajo, es una lugar enorme. Es una ciudad excavada en la roca, con unas aproximadas 6000 estancias o cuevas, iglesias, salas de trono, sistema de regadío por terrazas. Nos tuvimos que ir ya de noche, pero nos hubiese gustado pasar más tiempo.
Una hora y pico más tarde ya estábamos en el hotel, ha sido un día cansado con algunas recompensas. Ya estamos en el final del viaje, pues mañana sólo nos toca conducir hasta el aeropuerto de Kutaisi para volver a Barcelona.
Que pronto pasa el tiempo cuando uno disfruta.