El día de hoy es uno de esos “días perdidos” que tanto odiamos – un día en el que lo único que hacemos es llegar desde el punto A al punto B. En esta ocasión el trayecto iba desde Chachapoyas a Iquitos, pasando por Lima.
Aunque Chachapoyas e Iquitos están a menos de 250 km, el trayecto no se puede hacer en autobús en menos de 16 horas – por lo que elegimos volar a Lima y desde Lima a Iquitos. Empezamos el trayecto por la mañana (10:00) y después de mucha espera en el aeropuerto de Lima (donde cambiaron la puerta de embarque 6 veces y retrasaron el vuelo 2 horas) por fin llegamos a Iquitos.
La primera sorpresa fue el cambio de temperatura – de llevar mangas largas y plumas a tener calor en manga corta. La segunda sorpresa fue el tamaño de la ciudad – tan solo 25.000 habitantes conforman el centro neurálgico del estado de Loreto (el corazón del Amazonas Peruano).
Los niños estaban cansados y decidimos comer una pizza en la habitación. Iquitos no nos pareció muy seguro de noche (algo que confirmó el conductor que nos llevó desde el aeropuerto al hotel) – vimos varios clubs nocturnos con pinta de garitos sexuales y algunas prostitutas en las calles. Nada que nos asustase años atrás (ni de lejos tan mala pinta como Honduras o Brasil), pero con los niños somos más miedosos.
Los de Muyuma (el lodge con el que organizamos los días en la selva) nos dejaron un regalito en recepción y nos recogieron puntuales al día siguiente. La primera impresión de ellos fue muy buena.
A las 10:00 de la mañana tomamos el barco que nos llevará al corazón del Amazonas. Estamos muy emocionados – el Amazonas era un tema pendiente para nosotros desde que tuvimos que cortar nuestro viaje alrededor del mundo antes de llegar aquí.
Qué aventura! Me imagino los niños! aluciné cuando pescaban pirañas… Cuídense por fa
Un besote