Seven Lakes

Los 7 lagos son un conjunto de lagos glaciares en el Parque nacional de Rila.

Cada lago tiene un nombre por una característica destacable, El más alto Salzata (“La lágrima por sus aguas claras donde puedes ver el fondo. El siguiente en altitud  es Okoto (“el ojo””) Babreka («El riñón”) perfecto para hacer picinic cerca de su orilla, Bliznaka («El gemelo”) Trilistnika (algo así como de tres puntas)  Ribnoto Ezero («el pescado») y Dolnoto Ezero («el lago más bajo»), aquí se forma el río  Dzherman . Los lagos se conectan entre sí por pequeños riachuelos, con cascadas, lo que lo hace un lugar espectacular.

Llegar no es extremadamente difícil, si vas en coche particular. De Blagoevgrad a Panichitste, ostras que frío hace ya aquí arriba, de ahí por carreteras de montaña a buscar el telesilla que te sube a la base donde empieza nuestra excursión. Llegamos pese a todo pronóstico, y no temprano que no es nuestro estilo. Ya estamos arriba, empecemos. Hay que subir esa montaña?? Otra vez??. Un ascenso difícil, pero con vistas increíbles, una caminata considerable, ya habíamos decidido separarnos con Remei y familia porque nosotros vamos más lentos con niños. Pero vimos tres lagos antes de llegar al lago en forma de riñón donde pararíamos a hacer el picinic.

El agua cristalina, pero es un lago glaciar. creéis que a los niños les importaba mucho? Que bien sienta la comida en la montaña con este paisaje. A las 16: 00 tras un merecido descanso decidimos empezar el descenso, teníamos dos horas para coger el último telesilla, sino, ufff 3 hora de descenso de montaña.

Innovamos con la vuelta, pasando cerca de los lagos, por el camino que parecía más fácil. Resultó ser un camino pedregoso, a veces frondoso y en una ocasión la montaña se acababa de forma abrupta y te quedabas mirando al vacío con cara de idiota y preguntándote por donde bajo sin matarme y viendo la casa del telesilla muyyy lejos y con solo una hora de margen.

Empiezas a entrar en pánico, no quieres quedarte aquí arriba, que muy bonito pero va  a ser que no. En este punto nos perdemos los 8, cada familia va por su lado. Hugo aguanta como un campeón sin quejarse, casi, al final se impacienta pero la mención de 3 hora más si no cogemos el telesilla lo motivan y cómo. Sebas lleva a Amalia que se cae porque está medio dormida y cansada. Llegamos a un punto de desespero cuando estás rodeado por pinos y no ves el telesilla, nos arriesgamos y pedimos opinión al gps, acertamos. De pronto vemos la caseta y llegamos con casi 20 minutos de margen.

Es un camino duro para ir con niños pequeños y estamos super cansados, al final Martín y familia aparecen y cogemos el telesilla entre risas.

De vuelta a la ciudad Sandra queda con un familiar de un paciente para cenar y tenemos una agradable conversación con Milena y su familia. Acabamos la noche despidiéndonos de Remei, Joan Carles y Grau con uno de los vinos que compramos.

La experiencia ha sido bonita, y el esfuerzo ha merecido la pena.

Sólo que tenemos una edad.