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Siempre con prisas.
Aunque lo intentamos siempre salimos el último día de trabajo y claro está, es un día lleno de estrés. A eso hay que sumarle la huelga del personal de seguridad del aeropuerto del Prat – nos entró la histeria y nos fuimos al aeropuerto antes de tiempo.
No sirvió de nada, la aerolínea abría el mostrador de facturación 2 horas antes del vuelo. No fue para tanto, no cogimos ninguna cola, salvo la del lavabo de mujeres y todo fue rodado. Cuando aterrizamos, 1:30 de la madrugada, el taxi con las llaves del apartamento nos estaba esperando, y eso nos alivió.
Al día siguiente tras un desayuno muy contundente y con nuestros flamantes coches de alquiler (tenemos suerte, el nuestro lleva gps integrado, de agradecer cuando el alfabeto es cirílico) comimos en Sofia y nos dirijimos al norte hacia Rabisha.
Del camino hay pocas cosas que contar, 3 horas y medio de trayecto para aproximadamente 220 km. Hay pocas carreteras de dos carriles por sentido, la mayoría son de un carril, con un estado precario de conservación, baches, huecos en el asfalto, camiones y locos al volante. Los controles policiales son muy frecuentes, pero eso no impide adelantamientos suicidas y velocidades de autopista en carreteras peligrosas y llenas de curvas.
En tiempo estipulado y con los niños superdespejados pues se pasan el camino durmiendo, llegamos al Complejo Magura, el que será nuestro campamento base durante dos días para ver las Cuevas Magura y la Fortaleza de Belogradchik. El alojamiento es correcto, limpio y cómodo y la comida es muy barata.
Hemos pasado por pueblos MUY «pintorescos» – léase subdesarrollados, rurales y deshabitados. Es como volver a españa de los años 60 o 70 (en el interior profundo). Es como vivir en una de las peliculas de Emir Kusturica (Gato Blanco, Gato Negro, concretamente).
Es una noche larga, con truenos y diluviando, a ver si tenemos suerte mañana
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Por fin hay noticias. Podían haber hecho una mísera llamada! Tanto Celsa como yo hemos estado mirando a ver si había noticias y nada, excepto estos 2 últimos días que con el desastre en Barna-Alcanar-Cambrils nos ha tenido a todos en vilo.
Un beso enorme para todos y un abrazo especial para los niños
Dora