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Otro día más, otro sitio más, para nosotros un sitio especial. Las grutas Longmen, se trata de uno de los tres emplazamientos de grutas con Budas más importantes de China, nosotros estuvimos con Fani en Datong, otro de estos fantásticos lugares.
Llegar es fácil, está cerca de Luoyang. El emplazamiento es bonito, pero como siempre para llegar hay que caminar y caminar, subir y subir. Lo tienen bastante bien montado, ordenado y limpio. Las grutas se dividen en las del este y las del oeste, separadas por un río y sólo ha un posible camino a seguir, entras por un lado y sales por el otro, recorriendo una distancia enorme al sol.
La verdad es que el paseo fue agradable, a nuestro ritmo, a ritmo de niño, paradas para beber agua (la mitad del presupuesto se nos va en agua, estos niños parecen sapos), para hacer pipi , para escapar de una avispta ( hay una brigada especial solo para cargarse las avispas). Vimos algunas grutas muy bonitas, pero la central y más grande es realmente espectacular. Cuesta subir hasta allí, como siempre hay muchas escaleras pero el final recompensa. Otra de las grutas que llamó nuestra atención fue la más antigua, donde había grabados las 146 primeras descripciones de remedios medicinales. Se conservan unos pocos caracteres no perceptibles sino es con el ojo del zoom.
Una vez acabamos con el lado derecho del río, la cosa seguía por un extenso puente y por la orilla izquierda del río. En ese lado lo que destaca es un templo en lo alto de la montaña como no, pero las grutas no son tan bonitas. Nosotros ya teníamos bastante y no queríamos perder el tren nocturno a Beijing, así que cogimos un barquito que nos cruzó el río, después tomamos un coche eléctrico hasta la entrada y nos fuimos.
A nuestro conductor le dijimos que parase en algún sitio a tomar un café, y con la mejor intención nos llevó a un complejo , pero estaba cerrado, acabamos tomando un decente café en el KFC.
Recogimos maletas y llegamos a la estació de tren con tiempo, con tiempo??? en la entrada había 200000 chinos intentando entrar para tomar, en su mayoría, el mismo tren que nosotros. Caos, codazos, agobio, gente, gente, gente, codazos, gritos… ya no recordaba como era una estación china en estado puro y no lo que hemos visto hasta ahora, las estaciones de tren bala son bastante agradables.
Martín y Sebas se fueron a buscar la cena, umm noodles de bote, y da gracias, plátanos, papas fritas y manzanas, pedazo de menú.
Para entrar en el tren, más caos, codazos y corre corre que se va. En resumen, el tren parecia una cafetera, sonaba todo, las camas incómodas, el lavabo no tan decente, y no sabemos si eran las vías, el tren o que íbamos chocando con lo que pillábamos pero pegábamos unos frenazos y unos arranques que no veas. Como siempre niños 1, adultos 0, no habíamos pegado ojo y a las 5.35 am estábamos en Beijing.
Cómo pasar las horas hasta las 12 en que podíamos entrar en nuestro alojamiento?? Zombieland.