- Un largo viaje hasta Brasil
- Rumbo a Río
- Lençois Maranhenses
- Caburé, el faro y el Rio Preguiças
- Traslado Infernal, ahora con niños!
- Visitando el paraíso
- Segundo día de playas
- Nos despedimos de Noronha
- Casita de colores y buen rollito
- Joao Pessoa, un descanso en el camino
- Capoeira y samba en Salvador
- Contrastes en Salvador
- Preparándonos para las Cataratas
- Cataratas de Iguazú: Lado Argentino
- Cataratas desde el lado brasileño y un asado argentino
- Sao Sebastiao do Rio do Janeiro
- Haciendo el Guiri en Rio
Todo este nombre tan largo es para llamar a Río, San Sebastián es el patrón de Río, el santo que se les apareció a los portugueses en la Bahía para ayudarles en la batalla contra los franceses.
Llegamos al aeropuerto en el que se supone estaba esperándonos un transfer para llevarnos a todos, pero solo había un hombrecillo que al vernos dijo que no cabíamos en su taxi. Llamó a su compañero para que viniese a ayudarle y así poder irnos en 2 taxis, nos dijo 15 minutos…… el resultado fueron 40 minutos, y el tipo se durmió delante nuestro. Lo despertamos para decirle que o venía o nos íbamos en taxi. El tipo accedió a llevar a la mitad del grupo gratis y los nosotros nos fuimos en un taxi. A nosotros nos tocó el Taxi, pero Fani y Jordi dicen que el hombrecillo no paraba de insultar al teléfono móvil y conducía como un mono borracho.
Nuestro hostal, casa 579, está en el barrio de Santa Teresa, uno de los barrios más pintorescos y con las casas más antiguas de Río, casas portuguesas, francesas, alemanas…
El hostal es muy bonito, la única pega es que teníamos habitaciones con baño compartido. Las vistas desde nuestra terraza son geniales, se ve perfectamente el Cristo Redentor y todas las colinas. Al estar en una colina vienen macacos a la ventana del hostal a comer plátanos.
Fuimos a comer a un restaurante cercano llamado “Gaucho” y como estaba atardeciendo fuimos al mercado Lavradio, que sólo se celebra el primer sábado de cada mes. Tuvimos suerte, la calle muy animada, muchas tiendecillas, algunas baratijas y un grupo tocando samba.
Volvimos al hostal y nos comimos las sobras de la comida. Pensamos que descansaríamos de un tirón, pero nos equivocamos… a las 2 de la mañana nos despertó una fiesta, un concierto a toda pastilla.. y poco más tarde Hugo tuvo una pesadilla, soñaba con un pájaro que en Iguazú le asustó. Gritaba “pío susto, susto, allí el pío” nos costó tranquilizarlo y volverlo a dormir.
Aissss,