Quemando pasta!

Esta entrada pertenece a la serie Islandia
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Salimos pitando con ganas de aventura camino de Husavik. La aventura no se hizo esperar. Empezó conduciendo Fani unos 80 Km a través de niebla, de una niebla espesa que no dejaba ver mucha cosa. Lo que sí pudimos ver era que el paisaje iba cambiando, cada vez menos verde y cada vez más árido. Se nos ocurrió cambiar de conductor y salir a estirar las pierna, joder qué frío!!

Había que calentarse y que dar de comer a los peques, lo único que había en muchos Km a la redonda era un pueblo, bueno, una casa-hostal llamada Grimsstadir por la que se accedía por una carretera no asfaltada. Estábamos desesperados por algo caliente.

Llegamos a la cafetería y la verdad que era muy cuca. Entonces el dueño nos preguntó qué queríamos, y Sebas preguntó que qué tenían. El hombre respondió tranquilamente: “café y tarta de manzana”. Pues eso, sólo tenían café o té y tarta de manzana. El café ni siquiera era espresso y además te lo tenías que preparar tú. Por 3 tés, 1 café y 4 trozos de tarta de manzana (sí estaba muy buena) nos soplaron el equivalente a 30 euros !! Pero claro, no había nada más en 60 o 70 Km en cualquier sentido, pueden cobrar lo que quieran. Aún así, habíamos parado básicamente para dar de comer a la prole y los muy glotones se pusieron morados.

Llegó el momento de la verdad, de la aventura. Para poneros en antecedentes, Fani considera que Jordi conduce bien pero es de reacciones lentas y no le dejó conducir en todo el camino. Jordi bromeaba siempre sobre la idea de conducir en los peores tramos. Con esas premisas Sebas y yo no sabíamos muy bien a qué atenernos.

La aventura empezó cuando Sandra le dio las llaves de la furgoneta a Jordi, éste las cogió y se aposentó en el asiento del conductor. Ya no había forma humana de hacer bajar a Jordi de su trono. La carretera escogida era la peor que hemos visitado hasta ahora. Era una carretera no asfaltada.

Nos sorprendió, la verdad es que sí, porque Jordi conducía muy bien incluso con el estado de la carretara. Después de unos 30 Km llegamos a Dettifoss, la primar parada del día.

La verdad es que después de tantas cascadas, es difícil que alguna nos sorprenda. Sin embargo Dettifoss lo hizo por 3 razones:

  1. Está en medio de la nada, y es una nada muy desértica. De hecho ya cuesta creer que vas a encontrar agua en un lugar así
  2. Antes de la cascada puede verse un cañón espectacular.
  3. La cascada puede verse desde muy cerca. Y cuando decimos cerca, queremos decir “Oh Dios mío, apártate de ahí!”

Hacía un frío de carajo y la disfrutamos todo lo que pudimos, hasta que el frio y la visión de tanta agua nos hizo correr al lavabo (sí, en medio del desierto había unos lavabos limpios y gratis)

Jordi volvió a coger el coche en dirección a Husavik. A medio camino decidió parar en una entrada al parque donde se veían autocares. Caminamos menos de 1 kilómetro y nos encontramos un lago a pie del cañón con la claridad de un espejo. A los peques les encantaron los patos y el paseo por el bosque (nuestro enano estaba eufórico).

De ahí ya seguimos sin más paradas hasta Husavik, encantados de volver a ver cosas interesantes después de unos días de encierro forzoso en el hostal.

Al llegar nos encontramos una sorpresita: nuestra reserva se había “perdido”, y el dueño de la Guesthouse vino a arreglar el entuerto. La solución no podía ser más elegante: nos mandó a Foss Hotel (hotel de 3 estrellas) y pagó él la diferencia. Tenemos nuestras serias dudas de que en España hicieran algo así, nos ha impresionado mucho.

Las habitaciones del hotel eran una pasada. Nos sentíamos como ricachones, y para no romper la tónica nos fuimos a quemar pasta al mejor restaurant de la ciudad (Gamli Baukur). Estábamos en racha, porque nos dieron la mejor mesa (en la buhardilla) y los peques tuvieron sus tronas, y la comida estaba exquisita (esa cena ha redimido a la cocina islandesa de lo que pensábamos hasta ahora)

Fue un día fantástico que nos ha levantado mucho la moral. Además, Husavik tiene un puerto precioso con unas vistas increíbles. Todo el pueblo gira en torno a las ballenas.

¿Veremos ballenas en Husavik? Nosotros ya estamos dudando sobre ir o no al tour.

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