Uxmal

Esta entrada pertenece a la serie México
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Pese a hacer un calor de justicia a las 8 de la mañana nos levantamos para nuestro desayuno ligero y nos encaminamos a la zona arqueológica de Uxmal, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1996.

Casi todo el mundo lo hace con tour, pero nosotros decidimos hacerlo por nuestra cuenta. Viajar es fácil en México, así que agarramos el autobús y después de hora y media aproximadamente estábamos allí.

Uxmal significa «tres veces edificado» (no se sabe porqué) y corresponde al período clásico temprano maya, o sea entre el 200 y 600 d.C. Cuenta con un peculiar estilo arquitectónico plasmado en sus edificios dispuestos en cuadrángulos, con fachadas adornadas con frisos elaborados con miles de pequeñas piedras pulidas y ajustadas para formar mosaicos perfectos nunca igualados en toda la zona maya.

El primer edificio que nos encontramos fue el «Templo del adivino» o «Templo del Enano». La leyenda cuenta la historia de un enano que era hijo de una hechicera y que había nacido de un huevo. Este personaje, con la intención de hacerse gobernador de la ciudad, apostó con el gobernador de entonces que era capaz de construir una pirámide en una sola noche. La pirámide fue construida y el enano se proclamó gobernador de la tres veces edificada ciudad de Uxmal.

Uno se pregunta cómo han llegado esas leyendas vivas al día de hoy…quizás los mayas actuales sigan siendo gente de tradición oral (aunque los hemos visto enganchadísimos a los culebrones de la tele!)

Lo mejor es que éramos muy poquitos visitando el lugar, eso lo hacía más encantador todavía.

El segundo gran edificio que nos encontramos era el «Cuadrángulo de las Monjas». Este edificio fue bautizado así por los españoles, a quienes les pareció que la distribución era similar a la de los conventos europeos. El grupo está formado por cuatro edificaciones congregadas en torno a un patio y que, entre todas, suman más de setenta habitaciones.

Llama la atención el «Juego de Pelota» aunque este de aquí está muy deteriorado. Tenía un sentido deportivo religioso que lo convertía en toda una ceremonia mística. La pelota representaba el sol, los palcos eran llamados «solar» y «lunar» y otros detalles que dan una idea de lo importante que era para ellos el tema astronómico.

Había otros edificios con nombres interesantes como «Casa de la Tortuga», «Plataforma de los jaguares». Una estructura que nos gustó mucho fue «El Palomar» llamado así porque la parte superior está cubierta por agujeros muy similares a los de los palomares.

Finalmente «La gran pirámide», sólo mide 32 metros de altura y con escalones empinados que puedes subir. El calor nos mataba, pero subimos; y casi no nos matamos al bajar. Eso y los mosquitos, que estuvieron insoportables.

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