Los tiburones ballena

Esta entrada pertenece a la serie México
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A las 7 de la mañana estábamos puntuales a que nos recogiese el barco que nos llevaría a ver los tiburones ballena. Eran las 8 y todavía no habían venido y es que no iban a venir incluso después de haber pagado 20 dólares por la reserva. Ya nos vimos otra vez sin ver  a los tiburones.

De pronto una embarcación se acerca y recoge a unos 8 turistas, habían cancelado 2 y el máximo son 10 personas, así que el capitán de la embarcación nos dijo si queríamos ir con él y pagarle a él. Dijimos que sí, no tenemos más oportunidades de ver al tiburón y nos habían dejado plantados.

El viento empieza a soplar fuerte aunque el día es claro, los efectos del huracán IKE están a 300 Km de la costa de Cancún y aunque por aquí no va a pasar, algo de viento y puede que de lluvia quede por aquí.

Estuvimos buscando al tiburón durante una buena hora y media en alta mar, y las olas empezaban a ser un poquito fuertes. Y encontramos a uno!!! era un tiburón ballena bebé, todavía más raro de ver.

Los primeros en nadar con él éramos nosotros. Ataviados con aletas, chaleco, gafas y tuvo de snorkel, saltamos en frente de él con el guía.

Impresionante, enorme y eso que era un bebé que apenas tendría 7 metros. Venía hacia nosotros con la boca abierta, tranquis que sólo comen plancton. Y cuando están de frente tuyo van girando y puedes ver las rémoras, las branquias del animal y pasan por debajo de tu barriga o al lado tuyo. Hicimos algunas fotos con cámara acuática de un solo uso, pero todavía no las hemos revelado y además no sabemos lo que va a salir, estos bichos nadan super rápido y es cansadísimo nadar al lado de ellos y más con el oleaje.

Sandra nadó 4 veces con el bebé y Sebas sólo dos porque se empezó a marear y a tragar agua salada, recordemos que el mar estaba movidillo, así que vomitó hasta la primera papilla.

Pero de pronto vimos uno enorme de uno 18 metros, un macho, y allá fuimos. La experiencia fue maravillosa, pese a ser un animal tan grande no da absolutamente nada de miedo, es muy curioso y es una preciosidad. Con este tuvimos todavía más suerte, ya que nos lo encontramos de frente y nadamos al lado de él un buen rato. Tan cerca que Sandra quedó al lado del inicio de su cola y el tiburón le iba golpeando con ella en la cadera y le iba moviendo y acompañando en el nado. Qué fuerza, nos desplazaba en cada movimiento de cola pero nos volvía a recoger para el siguiente.  Puede parecer que un animal de ese tamaño te mataría de un aletazo, pero no le importa que estés ahí si no le haces daño claro, y sus movimientos son suaves, su piel es suave y muy dura. Para la family que estuvo con nosotros en el acuario de Osaka, decirles que este que vimos era un poquito más grande que el del acuario.

INCREÍBLE!!! (de momento os ponemos unas fotos sacadas de Internet del bicho, para que os hagáis una idea los que no lo visteis con nosotros en el acuario de Osaka)

El mar se estaba poniendo muy mal y soplaba fuerte el viento, el viaje de vuelta una tortura pero llegamos a puerto, cansados y felices. Cayó la tormenta y como locos fuimos a comprar enseres para mañana que es cuando el IKE pasa más cerca de la costa de Cancún.

De momento el día está nublado y corre viento fuerte,pero todo está tranquilo.

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