Regreso al futuro VI: Tokyo

Esta entrada pertenece a la serie Japon
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En la peli «Regreso al futuro» la gracia estaba en eso: en que volvías al futuro desde el pasado…ummm…bueno, sea como sea. El caso es que en Tokyo nunca sabes si te has ido hacia atrás o hacia delante en el tiempo.

Puedes encontrarte mujeres vestidas con el kimono tradicional hablando por el móvil, templos antiguos con un fondo de rascacielos, luchadores de sumo en camiseta e infinidad de otros contrastes. Aunque la verdad, es que el futuro le está comiendo terreno al pasado a pasos de gigante.

El segundo día, después de recuperarnos del encontronazo, decidimos ir a comprar cacharritos electrónicos para los que pueden permitírselo (Nati, Dani, Ana, Martín) al barrio de Akihabara. El barrio es el sueño de un tecno-friki a la japonesa (es decir, ordenado, limpio, etc…nada de los centros comerciales de Asia, donde podías regatear y encontrar cosas raras en medio de un pasillo)

Después de horas de caminata bajo el sol (en agosto el calor no es ninguna broma en Japón) acabamos con las manos vacías. Los chollos no son tan buenos (con algunas excepciones) y las garantías e idiomas hacen que uno prefiera comprar en España. Aquí lo barato es la comida…así que decidimos consolarnos con manduca!

Para compensar un poco fuimos a ver los jardines del Palacio imperial. Normalillos si los comparamos con otros jardines japoneses. Es lo que sale en todas las guías y allí fuimos nosotros…pero tampoco fué lo más remarcable de Tokyo.

Esa noche fuimos a Shibuya, el barrio de la moda y la marcha en Tokyo. Los japoneses van al último grito en moda (a veces los gritos eran nuestros…gritos, carcajadas y caras de pena). Lo que a un japonés le parece «super-cool» para nosotros es de «Gabi Fofó y Miliki»…y si encima se lo pone un japo, pues es el descojone. Así aprenderemos lo estúpidas que son las modas (incluida la nuestra). La que veis en la foto no va a la moda…reparte publicidad, y todas se visten como personajes de dibujos manga.

Encontramos un bar con cervezas a 300 pesetas (el Yen y la antigua peseta están a la par) y allí pasamos la noche, bebiendo y riendo.

Anécdota de la última foto: cuando llegamos a la estación de Shibuya vimos por el cristal una masa de gente (cientos) esperando a varios semáforos.  De repente TODOS empiezan a cruzar, y se crea una marea de gente en medio de la calle que dura excatamente lo que dura el semáforo. Todo como un reloj…y sucede (con la misma cantidad de gente) cada 5 minutos.

Volvimos destrozados a nuestros respectivos hostales (estamos separados) y acabamos la noche temprano.

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