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Salimos temprano para ver a las ballenas Humpack, en esta época del año migran desde aguas de la Antártida a aguas más cálidas para la cría de ballenitas. En esta época del año todas vienen a Hervey Bay.
Salimos en un catamarán, escogimos un barco pequeño porque se está más tranquilo y porque los catamaranes pueden apagar motor y acercarse a las ballenas con las velas. De todas maneras, está todo muy regulado para la protección de las ballenas, y está estrictamente prohibido interceptar su paso, acercarse por voluntad propia a menos de 100 metros ni haber más de tres embarcaciones en la zona.
Nos relajamos y nosotros no nos acercamos a ellas, pero ellas vinieron a mirarnos. Son animales increíbles. De adultos pesan unas 40 toneladas y miden unos 16 metros. De bebés pueden beber unos 600 litros de leche al día. Sus pulmones tienen la capacidad de un coche, que llenan y desalojan en 2 segundos. El aire sale por el agujero superior de su lomo a 400 km/hora. Las crías dependen de sus madres hasta el año de edad. Producen sonidos e incluso canciones, y producen algunos a frecuencias no audibles para el ser humano.
Son las más juguetonas de las ballenas, aunque las que vimos nosotros eran un poquillo perezosas. Y muchas más cosas interesantísimas como que pueden aguantar en apnea debajo del agua incluso horas, ya que pueden almacenar oxígeno es los músculos.
Esta vez sí vimos ballenas, y algunos delfines, fue alucinante y nos entraron ganas de bucear.