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Nos levantamos tempranísimo para llegar temprano a los glaciares. Entre una tarea y otra (que si comprar comida, que si sacar más dinero, cargar gasolina…) llegamos a Franz Joseph a eso de las 10:30. En el camino atropellamos a un pobre pájaro que decidió hacer el kamikaze contra nuestro coche…
Nos fuimos directamente al único hostal del pueblo que tiene Internet gratis…pero la cosa nos ha salido mal. Internet sólo está en 2 ordenadores (para decenas de personas que se matan por usarlos) y lo que se gastan en Internet lo ahorran de calefacción.
De todos modos no vinimos aquí a relajarnos. En cuento dejamos las cosas, aprovechando que hacía un buen día (algo extraño en esta época), salimos con el coche hacia la base del glaciar Franz Joseph. El coche lo dejas a unos 200 metros de la morena del glaciar.
Las vistas que se tienen desde el sendero «seguro y pavimentado» son estas:
Si lo quieres ver más de cerca, tienes que caminar por el «sendero de los tobillos rotos», o lo que es lo mismo, por el río seco lleno de piedras de todos los tamaños y formas imaginables. Deben ser unos 1,5 km, pero tardamos casi 90 minutos en ir y volver.
De camino al glaciar se aprecian algunas cascadas y otras formaciones preciosas.
Pero la estrella es por supuesto el hielo. En la base no es demasiado espectacular (a no ser por el tamaño, claro), debido al polvo y sedimentos que hacen que el hielo se vea como una roca sucia y gris. En lo alto se pueden ver los colores del hielo que vimos en Argentina (Perito Moreno) y que algunos van a ver caminando durante horas o directamente en helicóptero. Nosotros de momento tenemos nuestra cámara de fotos con un Zoom del 18, que es más barato y menos cansado que las dos opciones anteriores.
Al día siguiente fuimos a ver el Glaciar Fox, que aunque más pequeño, se puede ir más cerca de la base del glaciar. Pero como es costumbre en invierno en Nueva Zelanda, estaba lloviendo, de hecho estuvo toda la tarde y noche anterior lloviendo. Nosotros fuimos igualmente ya que no nos podemos entretener muchos días en el mismo sitio, hay un montón de cosas que ver en este país.
Llegamos al lugar por una carretera tortuosa y tuvimos que esperar en el coche hasta que amainara un poco la lluvia. Cuando salimos del coche a 5 minutos caminando estaba el glaciar. Pequeño pero mucho más bonito que el anterior.