Singapore, a Fine City

Teníamos 1 semana entera en Kuala Lumpur, esperando a que nuestro vuelo a Australia saliese. Decidimos hacer una excursión de 3 días a Singapur, un mini-estado en la punta de la península al que se llega tras 6 horas de autobús.

La llegada a Singapur fué muy buena. Además de cumplir con los estereotipos de rigor (super-limpio, super-ordenado, etc.) los singapureses son tan hospitalarios como los malasios. No tuvimos que pelearnos con el taxista para que pusiera el taxímetro…y eso ya fué un logro (de hecho, se sorprendió de que le pidiésemos el taxímetro, como diciendo «¿Hay otra forma de hacerlo?»)

En el momento de escribir esto llevamos ya 2 días aquí, y la conclusión rápida es que se trata de un gran centro comercial con nombre de país. Imaginaros un centro comercial en forma de país. ¿Cómo sería?

  • Estaría todo super limpio (ya se sabe, a los clientes les gusta la limpieza).
  • Existirían tiendas en cada rincón. Cualquier momento es bueno para gastar dinero (incluso en la biblioteca pública o en el teatro).
  • La gente sería super-amable (por aquello de dar buen servicio)
  • La arquitectura sería sobresaliente. Creativa e impresionante (hay que demostrar poder y capacidad)
  • Las normas de seguridad serían hiper-estrictas (al fin y al cabo, si no has venido aquí a comprar, no tienes derechos…)

Esta última parte es la que no gusta tanto. Singapur es famoso por reglas estúpidas como la de no mascar chicle…pero tienen otras menos «cómicas» que no hacen nada de gracia (por ejemplo, nuestro problema en Rusia con las visas caducadas nos habría costado aquí unos azotes con una bara de ratán…que dejan heridas horribles y cicatrices de por vida). Encantador eh?

La mayoría de turistas pasan por aquí sin preguntarse como es que todo es tan perfecto y divino de la muerte. La mayoría están de tránsito (el aeropuerto tiene cine, teatro, piscina y guardería), así que lo único que les importa es quemar el dinero en los centros comerciales.

Sin embargo basta leer un poquito para saber que las películas sufren una estricta censura en los cines y que algún político (según nos han contado) está en la cárcel por algo que ha dicho.

¿A cuánto se vende el kilo de libertad aquí?

PD: A pesar de todo lo dicho, y si uno se quita de la cabeza por un momento el activista-progresista que lleva dentro, es una ciudad muy bonita para pasear. Un par de días aquí son muy agradables. Y además, qué narices, nos hemos comprado una cámara de fotos superguay de la muerte.

2 comentarios sobre “Singapore, a Fine City

  • anna 16 junio, 2008 at 06:39 Reply

    Ei, me acabo de poner al dia de todo lo que habeis hecho en el blog. Que envida sana me dais.. (estoy en camboya, fui a la playa y durante 4 dias no ha paro de llover), en fin, que yo con muchas ganas de playa, y os imagino en Filipinas, buceando, esnorkel, nadar… y sol.. y las fotos son preciosas, playas realmente del paraiso…
    En fin, que con una cosa no estoy de acuerdo: donde encontrasteis a personas amables en Singapur? El vendedor del centro comercial donde comprasteis la camara? Porque sino no lo entiendo, en general, no son antipaticos, si pueden te ayudan pero, mi adjetivo seria mas como los europeos, estresados y con prisas, sin llegar a ser bordes. De momento, de donde todos los sitios que estado, si coincido con la amabilidad malasia.
    Bueno bichos, a continuar la aventura

  • admin 16 junio, 2008 at 10:19 Reply

    Anna!

    Cuanto tiempo sin saber de ti! Cuéntanos más cosas de Camboya, que fué el que nos perdimos!

    Filipinas es 100% recomendable, excepto Manila. Y en Singapur, te lo creas o no, todo el mundo se ofrecía a ayudarnos cuando buscábamos algo.
    De hecho, uno de ellos nos indicó donde se cogía un bus…y cuando vió que íbamos en mal camino, nos persiguió unos 200 metros para indicarnos el error. Una pasada.

    Porfi, porfi, cuéntanos cosas de Camboya!

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