Faltan 2 meses.

En 2 meses volaré hasta Argentina a pasar unas vacaciones de 1 mes…y a la vuelta me voy a Irlanda, completamente solo.

Podría esperar 5 meses más a Sandra e irnos los dos directamente a recorrer America…o podría irme a Edimburgo, donde está mi hermano adoptivo…pero no. La suerte (y algunas decisiones) me han llevado a esta situación, y cada día me hago más a la idea de estar 5 meses alejado de todo lo que conozco (de todo lo que odio, de todo lo que quiero)

Supongo que Zarathustra subió a la montaña no lo hizo de este modo. Él seguramente no buscará trabajos basura, ni tendrá que compartir piso con nadie, ni echará de menos a su familia, pareja y amigos… Mis 5 meses de aislamiento serán bastante prosaicos, aunque no descarto que con tanto tiempo para pensar en solitario se me ocurran nuevas burradas.

Lo curioso de todo esto es que hace muy poco que tomé conciencia de que me iba. Fué hace una semanas, tomando un zumo de naranja mientras esperava a Xavier para entrar en una reunión de trabajo. Cuando fuí a pagar y la chica me dijo: «Son 2 euros», pensé «Joder, 2 euros…en Argentina por ese precio pido una jarra entera de jugo de naranja«

Y «Zas!», de repente me encontré pensando en todo lo que ya no valía la pena comprar aquí…Ni ropa, ni electrodomésticos, ni libros…nada que no fuesen experiencias (cine, teatro, aventuras, etc.).

Por el camino de lo económico pasé rápidamente (todo fue el mismo día) a pensar «No te preocupes si esto no se hace…total ya no vas a estar aquí». No es como el famoso «para lo que me queda en el convento» (el trabajo me motiva mucho ahora mismo), sino más bien un «Todo lo que ves tiene fecha de caducidad…»

Es una sensación de libertad muy agradable. Es como cuando anuncias en tu trabajo que te vas, pero a lo bestia. Es como si muy pocas cosas pudiesen tocarme. Es la indescriptible sensación de estar de paso.

Lo mejor del caso es que voy a vivir la MISMA sensación durante todo el viaje. Todos los sitios que visite serán temporales, toda persona será pasajera, todo trabajo será provisional.

Pensé que tendría miedo al viaje a medida que se acercara…pero cuanto más cerca está más libre me siento. Lo que está empezando a darme miedo es pensar que el viaje se acabará y que algún día voy a tener que volver a esta rutina. Si la libertad sabe tan bien como huele, a ver quien es el guapo que se «reengancha» en el modo de vida tradicional…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *